Te miro y te contemplo

Te miro y te contemplo a mis anchas y crecen estas ganas de volverte a tener. Es inevitable, sabes, como explicarte todo lo que causas en mi? Sonrío cada vez que llegas a mi mente, de manera que dicha alegría me dura todo el día, es que hasta me estremecí de pies a cabeza cuando pensé de nuevo en aquella noche que estuvimos en pleno campo.
Deseo aparecer de un momento a otro frente a ti, para que te cuelgues de nuevo en mi cuello, abraces con tus piernas mis caderas y se besan de nuevo nuestro vientres con las ropas puestas.
Suavemente acariciar de nuevo tu rostro que tanto admiro, ver ese brillo de tus ojos, ver tu boca que suelta risotadas. Pienso en cuánta perfección Dios a creado en ti, de la cual me deleito completamente.
Cada parte de tu piel fue como ir saboreando con la lengua un delicioso helado, fue subir al cielo de tus pechos y bajar al infierno de tu vientre húmedo….
Te sigo deseando desde todos los ángulos, como esa noche de campo, dibujando caricias en tu piel, sellando mis besos en tu espalda y escribiendo una corta historia de placer.
El calor de nuestros cuerpos atraparon el frío del invierno, refrescaron el calor del verano; el espacio dejó de existir y el tiempo quedó congelado en un clímax eterno.
Volverte a coger deseo, ser tu consolador de nuevo de carne y sangre, darnos de nuevo esos besos apasionados, sentir tu respiración fundida a la mía, oler el perfume de tu vientre y de tu piel de rosa blanca, dos corazones en un solo latir, un solo fuego penetrando tu luna, los dos en el jakuzzi, lecho de flores, tu llena de luces acariciando lo erecto de mi fuego.
Todo es un bello sueño que se hizo realidad, en tus pechos mi fuego puse a vibrar; tu vientre fue la tierra yo tuve el rayo que abrió tu surco en dos, palmo a palmo disfrutamos del amor.
Tus ojos presenciaron el volcán que explotó a unos cuantos centímetros de tu cara. Fue cupido el que nos flechó con tu vientre en mis labios y con mi fuego en tu boca.
Con amor, belleza de mi alma….

1 comentario en “Te miro y te contemplo”

  1. Me encanta como se pone cada vez que recorro cada milímetro de su piel, no me engaña, ella siente como mi fuego la hace sentir muy bien.

    Vamos, acompáñame a un viaje sideral, lleno de sensualidad y allí compenetrarnos con lascivos besos una vez más.

    La noche y las estrellas son nuestras, hechas para el amor, el amanecer es testigo de cómo hacemos el amor que dura hasta el anochecer.

    De placer estamos hechos, hechos estamos para el placer. Somos caníbales que apunta de besos nos vamos a comer.

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